23 abril 2011

Siempre he creído en algo que se llama destino, como también que muchas veces uno mismo se lo traza, con sus errores, sus aciertos y su manera de vivir la vida. Porque la felicidad no depende de lo que pasa a nuestro alrededor, de una persona o alguna cosa material, sino de lo que pasa dentro de nosotros, como un dicho que escuche alguna vez, "Solo los valientes se proponen ser felices" porque la felicidad es una decisión, nunca seras feliz si tu misma no te decides a serlo...
Cuando te enamoras y por algún motivo sales dañado y miras a tú alrededor y te ves nuevamente solo comprendes que las cosas que pasan te dejan una lección, aprenderla es tu mayor reto, aplicarla tu gran salvación. Nadie vendra a tu paso y te señalara el camino, eso depende de uno mismo, depende de cuanto confíes en ti, de cuanta fuerza lleves por dentro y que tan lejos pretendas llegar. El que no arriesga no gana dicen por ahí, el que no se arriesga por lo que quiere cuando mira para atrás se da cuenta que no a obtenido nada.
Siempre me he caracterizado por no arriesgarme a ninguna aventura, por mantenerme alejada de eso que siempre he anhelado. Pero luego de sufrir, como lo he hecho yo, comprendes que con que te tires a una cama y llenes tus mejillas de lagrimas, jamas se solucionara nada. Los problemas se enfrentan , la felicidad se gana a pulso, nada llega por si solo, la felicidad se busca con esperanza, con sueños y con verdaderas ganas de vivir.

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