Cuando decido cerrar una puerta, la cierro con llave y la tiro. Olvido lo que hubo malo detrás de ella y me quedo con lo bueno.
En la vida va a haber muchas puertas. Algunas las cerraremos encantados y sin esfuerzo y otras, sin embargo, nos costará un poco más.. pero sabremos que si las cerramos daremos un gran paso en nuestras vidas, un cambio que a veces es necesario.
Ilusiones en las que incluimos las ganas de encontrar un gran ventanal después de aquella estúpida puerta cerrada, y aseguro que siempre, o casi siempre, suele ser mejor encontrar algo totalmente diferente a lo esperado.
Pero para tener un ventanal que nos haga felices de verdad, hay que dejar atrás la puerta y cerrarla varias veces si hace falta hasta conseguir que se nos pierda la llave.
Porque en la vida no hay que volver hacia atrás ni para coger carrerilla. Lo que viene es mejor y lo que se fue ya se ha ido. No hay más que pensar, ni más que hacer con ello, solo sonreír con el recuerdo.
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