Ya ves, que olvidamos los pequeños detalles que nos da la vida por ir a buscar lo que más se ve, lo que creemos que es mejor, o lo que mas de paso nos pilla. Vamos demasiado rápido en la vida como para pararnos a saborearla, nos limitamos a tragar y por lo general no masticamos las suficientes veces que necesitamos. Y así nos va, nos conformamos con la primera falsa sonrisa que vemos sin darnos cuenta que hay lagrimas que nos necesitan mucho más, y que incluso pueden dar mucho más de nosotros. Y esto, esto es culpa de las apariencias, de los prejuicios, de ver sin mirar y de hablar sin mover los labios.
No hay más que explicar, estamos rodeados de un mundo nulo, de gente que se dedica a buscar un aprobado por parte de los demás antes que sentirse bien consigo mismo.
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