05 mayo 2013

Digamos que a veces la vida se tuerce y punto.

No hay motivos ni respuestas, simplemente las cosas pasan sin más.
Sin embargo siempre estamos buscando un porqué, un motivo, una palabra.. Es sencillo, queremos tener argumentos para hacer las cosas sin darnos cuenta que la vida es inteligente y al final nos responderá a todas esas preguntas que algún día nos hicimos, nos colocará en el lugar adecuado y entenderemos que pasó con el tiempo que alguna vez creímos perdido, pero que realmente solo fue tiempo para aprender, algo nuevo, una lección.. para conocer o creer que conocías a personas. Y a veces, cuando se van lejos te alegras aun más de que si estuvieran allí, justo para sacarte una lagrima o una ocasional sonrisa, y te das cuenta que ahora si eres feliz, no hay barreras y no hay miedo.. Hay ilusión y ganas. Ganas de vivir y ser feliz.. de borrar aquello que algún día nos hizo daño, en la vida, por suerte, podemos aprender tanto de lo bueno como de lo malo, y de ello nos vamos haciendo fuertes, retenemos en la memoria aquello que nos hizo daño alguna vez para no repetirlo, pero a veces la vida nos vuelve a colocar las típicas piedras de siempre, volvemos a tropezar como inútiles humanos con sentimientos..
Qué mas da eso ya? Hacemos lo que nos apetece en el momento, y ahora? Ahora hubiera tirado esa piedra a lo más lejano de los mares, en el fondo de un lago.. y quien sabe porque en ese momento decidí guardarla en el bolsillo y seguí con ella..
Ya es hora de lanzarla, ya es hora de lanzarte.

No hay comentarios:

Publicar un comentario